lunes, 3 de septiembre de 2012

Ratón y el gerente

Hay ocasiones en las que las empresas como en la que estoy laburando, aún siendo miserables a la hora de regalar, regalan buenos momentos.
Este momento consistía en un par de horas de cerveza y pizza libre en un bar en el medio de la dimensión desconocida.

En el momento que me dijeron fué un "YUHUUUU!!!" instantaneo, pensando en lo ebrio que me iba a poner, sobre todo porque mi trabajo me pagaba un remis que me dejaba en la puerta de mi casa (estando esta a unos 50km de lo que se podría llamar 'mini-fiesta').

A 20' de salir de la oficina, me contacta un gerente. Era un gerente de los pesados (no me extrañaría si pesara tanto como un luchador de sumo... los gerentes suelen cobrar lo suficiente para quedar así), que tenía mucha gente a cargo. Incluyéndome.

-Ratón, vos te volvés a Aldolandia, ¿no?- me escribió por el chat laboral (nota aparte: Los chats laborales tienen un potencial de levante de CERO. No lo intenten en sus trabajos).
-Así es... ¿Por qué?-
-Excelente, te volvés conmigo a las 21:30. ¿Tenés algún problema con ese horario?- impuso el gerente, como... ¿debe ser?
-Para nada-
(Mientras me dejés ponerme en pedo).
-Ok, no llevo borrachos.-
(LAREPUTISIMAMADREQUETEREMILPARIÓ!)

Ok, tenía que idear un plan. Fuí a tomarme un café y fumarme un cigarro. Las responsabilidades laborales podían esperar.
Comencé a pedir ayuda. La única que realmente me ayudó con algo lógico, fué Ella, que da puntos de vista particularmente interesantes. Me planteó una idea excelente: Ponerlo ebrio.

Se hicieron las 6 de la tarde, y salimos hacia el bar. Fué un éxodo de gente vestida de traje (y yo, que estaba  cómodamente croto con mi buzo apolillado y mi campera de cuero).
Al llegar, clamamos por nuestra cerveza gratuita al grito de "CERVEZA O MUERRRTEEEEE!!!".
Los vasos llegaban, junto con las caras de temor al linchamiento de los mozos. Y seguían llegando. Y seguían.
Para cuando llegó el gerente, me había tomado unos 6 porrones y estaba relativamente alegre.

-¡Hooooola Gerente! ¿Quiere una fresca?- dije, recibiéndolo con alegría.
-No, gracias. No tomo.-

Mi plan se vino abajo, pero ya no importaba. Tenía un plan B: consistía en ponerme tan ebrio, que podía creer que el otro también lo estaba. Luego lo acusaba abiertamente de ebriedad, y luego de acoso sexual.

Llegó la hora de irnos. El Gerente vino a avisarme que el remis estaba afuera.
Nos sentamos, y empezó el viaje. Él me charlaba de no sabía qué carajos, y yo no entendía nada. Estaba re loco.
En un momento, para hacer mas amena mi estadía, saco mi celular. El hombre me dice "A ver ese aparato..." y me lo sustrae de las manos. Empieza a abrir cosas...
Abre un programa para leer foros. Entra a uno. Y entra a los favoritos.
CARAJO! En los favoritos tengo temas como "Consulturas negreras" y "Sindicalismo en sistemas"! CARAJO CARAJO CARAJO!
-Ahhh esto es para ver foros, por ejemplo acá tenés un tema sobre una serie- dije con tranquilidad, pero al mismo tiempo moviendo mi dedo con la agilidad de una gacela.
-Mirás Breaking Bad... que groso, che.-
-Seh, Walt es un genio-
Magia. Me salvé de un raje injustificado gracias a Breaking Bad y el papá de Malcolm.

Y así comenzamos a charlar sobre series, hasta que en un momento dice:
-Sabés, sos muy inteligente y proactivo y demáses. Deberías ser analista funcional.-
-No, gracias. El trabajo de funcional me parece aburridísimo y es puro papelerío. ¡A mi me gustan las cosas duras! ¡las cosas técnicas! esas que SOLUCIONAN problemas.-
(Ratón, el tipo empezó como funcional. Te está ofreciendo el puesto y vos le decís que su trabajo es burocracia pura. Al menos hacele creer que es divertido...)
Hubo un silencio. No veía el momento en el que el Gerente abriese la puerta y me tiráse de una patada a comer asfalto en la autopista.
Me miró, y me dijo: -Tenés razón... yo siempre quise entrar como programador, pero esto es lo que había. Cosas que pasan. Después veo si hay algo de eso.-
Los huevos bajaron de la garganta y volvieron al escroto. Volví a zafarla y no sabía cómo.

Llegando a la mitad del viaje, el Gerente se pone en estado de alerta, cual gato detectando un peligro.
-Señor remisero, tenga cuidado. Acá hay unas villas, y los villeros pueden tirarnos clavos o ponerse en el medio y asaltarnos.-
Me empecé a tentar. Pensé en decirle algo como "Paráaaaa! Qué es esto? 'Mad Max: Beyond the Thunderdome'?", pero no iba a entender la referencia. Preferí decirle esto:
-Gerente, la inseguridad es como la religión: Si no creés, no te afecta. Mirame a mi! En mi vida me robaron, y ando con un celular más caro que todos mis órganos juntos a precio de mercado negro...-
Otro silencio más. Este fué incómodo. A tal punto que era yo el que me iba a patear fuera del auto.
Pero el Gerente empezó a reirse. Le pareció gracioso.

Ya estaba más allá del bien y del mal. Le iba a pedir un ascenso, unas monedas, ALGO. Pero llegué a mi casa.

-Un gusto, Ratón!- y me empujó fuera del remis.

Quedé sentado en la vereda, mirando cómo se iba el auto, y reflexionando sobre si se trataba de suerte, destino o alguna de esas cosas. Preguntándome "¿Qué significa todo esto?". Pero al adentrarme demasiado en preguntas existenciales, me encontré casi durmiendo en la vereda. Era hora de dormir en una cama, como un ser humano.

3 comentarios:

  1. Coincido con Mr. Popo.
    Además me hizo acordar a cuando era el esbirro administrativo de una escuela privada bastante ladri.
    Un día mi jefe me dice que tiene algo para mí (obviamente no pensé en que me pague el sueldo atrasado). No era pagarme el sueldo atrasado, pero había bajado un disco de Zambayonni y puso La Incogible en la compu en la que trabajaba, que estaba en la oficina. Arriba de la dirección. Tremendo.

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  2. Tu jefe te adora.

    El otro día cuando leía esto me acordaba de un conocido que en una reunión de fin de año al aire libre con la gente que laburaba, se puso tan en pedo que le bailó desnudo a la jefa sobre una mesa.

    Y no lo rajaron.

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