viernes, 29 de julio de 2011

Tecnópolis Parte III (que tranquilamente podría ser "Juntadero de gente que espera 4 horas para entrar en un freezer")

Se ve que caminar era lo único divertido para hacer, porque lo seguímos haciendo. En el camino, le preguntamos a un gendarme si había agua. Nos contestó que el agua estaba cortada. Claro, era Tecnópolis, y teníamos que ayudar a soportar la tecnología nacional de producción de gaseosas como Coca Cola...
Pasando el gendarme, encontramos un puesto el cual El Reverendo quería conocer con ansias, dada su carrera universitaria: El puesto de tecnología naval.
Eran andamios a medio construir. Por lo menos son sinceros respecto a eso...

Haciendo la cola con toda la Turba completa para la demostración de muñecos de prueba, con Jasper y Mandra notamos que al lado nuestro pasaba el tren de Tecnópolis. Dada la estructura y la forma del tren, concluímos en que ese era el famoso Tren de Alta Velocidad... Y lo teníamos ahí! Consiguieron construír unos 500 metros de vías.
El tren estaba atiborrado de niños, al punto que parecía el subte D en hora pico. Seguímos pensando, y nos imaginamos esta situación en la estación:
Guía: -Bueno chicos ¡Bienvenidos al tren de Tecnópolis! Levanten la mano quien viajó en tren o en subte alguna vez-
La mitad de los niños levantan la mano. La otra mitad, probablemente sea porque los padres tienen auto o se quedaron pensando en la inmortalidad del cangrejo.
Guía: -¡Bien! Ahora los que nunca viajaron... ¡Van a saber que se siente usar el transporte público cuando lleguen a la secundaria! ¡Y los que ya viajaron pueden hacer bulto para hacer la simulación mas realista! ¿No les parece divertido?-
Niños: -¡SIIIIIII!-
Y así es como el Guía empuja niños para que entren en este tren lleno de felicidad (y niños), hasta que se aviva que pueden ir mas apilados. Entonces es cuando los alza, y los tira por encima para aprovechar el espacio.

La cola avanzó 5 metros. Esto le dio gases a parte de la Turba y algunos nos separamos.
Estos algunos, éramos los que teníamos menos decisión. Por ende, durante una hora hacíamos 20 metros y nos deteníamos a hacer nada.
Alguno tomó el toro por las astas, y dijo "Vamos en ESA dirección!".
Fuímos, y llegamos a la demostración de láseres del CONICET. Vímos que la fila iba rápido, y avanzamos como si nunca hubiesemos caminado más rápido en nuestras vidas.
Nos encolamos, y la cola se detuvo. Estábamos maldítos.
Jasper, pobre, se atribuyó la culpa. Personalmente creo que la culpa la tiene el gobierno.

Esperando, vímos algo moverse en la lejanía. Era alto, centellante y con dos patas. Y casco.
¡ERA EL ZANCOMAN!
Záncoman, como su nombre lo dice, usaba casco. Ah cierto, y zancos. Estaba cubierto de leds de colores, con unas calzas igual al de la biblioteca de mentirita. Pero negras.
Záncoman miraba a todos como un extraterrestre confundido, escapando de la gente, pero alimentándose de los destellos de los flashes de cámaras.
Záncoman era peligroso. Podía destellarte hasta la muerte si estabas encerrado tres horas en un cuarto oscuro con él, según Jasper. Y eso si antes no sucumbías ante su mirada de pueblerino desconcertado al ver a la señora que promociona el sex-shop de la calle Florida.

Záncoman pasó y nosotros seguíamos en la cola. En un momento, un hermano latinoamericano se nos acerca a contarnos acerca de los Cubos del Conicet. El show constaba de una explicación acerca de la seguridad con láseres, y luego podíamos dibujar en una pantalla con esto. Sonaba divertido y por ende, seguímos en la fila.
Como habrán visto, los cubos no eran exáctamente cubos. De todas maneras, creíamos que nosotros éramos los equivocados, y que la tecnología del CONICET llegó al punto de poder redefinir la geometría. Oh dios, podría haber aprobado el primer bochazo en áÁlgebra y Geometría Analítica si le presentaba la foto de esto al profe.

La fila comenzó a avanzar... el lugar se llenaba. De hecho se llenó, pero me mandé igual. Jasper y Mandra dudaron, y les cerraron las puertas en la cara.
Otra hermana latinoamericana nos contaba acerca de los láseres. Básicamente era una charla que se podría haber resumido en "Los láseres potentes te dejan ciego. Chicos, no jodan con los láseres o Ray Charles los va a violar!".
Y luego vino la hora de dibujar. Hicieron pasar a un niño a hacerlo aunque, por falta de tiempo, prácticamente lo obligaron a escribir su nombre y largar el láser. Aún así, solo salían garabatos inentendibles dada la poca sensibilidad de la pantalla.
-Que se jodan los láseres, ahora saco mi aerosol y escribo "Puto el que lee" como dios manda-
Lamentablemente, Niña Ardilla me oyó y me sacó de la oreja (y eso que me lleva 40cm de diferencia -por debajo-). Al cabo que ni quería; mis ganas de echarme un meo eran cataclísmicas.
Intenté hacer fila para el baño (si, también había para eso). Me lo cerraron en la cara.

Fuímos hacia... ya no sabía hacia donde íbamos. Pero caminamos, y en un momento Niño Toronja y Niña Ardilla se nos adelantan. Los perdemos de vista, y cuando los querémos encontrar, nos encontramos a una pareja de viejos de la misma estatura.
-Mierda que te pone viejo Tecnópolis, che!- Dijo Jasper. El corazón se me salía por la boca. A mis dos hermanos se les redujo 60 años la expectativa de vida.
De repente los vímos. Estaban alejados. Esto me devolvió el alma al cuerpo, aunque en realidad me hubiese gustado que poder heredar el MP5 de Toronja.

Nos encontrabamos en el medio de un predio. Tenía menos densidad humana, pero aún así era bastante gente.
Comenzaron a sonar sirenas, y vimos un montón de lo que parecían bomberos. Estaban en una especie de escenario, con una pared de metal de fondo.
Estaban revolviendo un potaje que destellaba. De repente, comenzaron a tirarlo contra la pared. Creo que fué lo único decente que ví en mi estadía en este parque de la no-diversión. Mas que por el mismo show, era porque ese potaje resultaba ser acero hirviendo... y este acero rebotaba contra la pared, y caía sobre la gente (ya frío) en formas de bolones. Ahhhh, las puteadas de la gente hacia el escenario me reconfortaban.

Al lado nuestro, había una torre de alta tensión que llevaba los cables a la tierra (a estas alturas tenía la ligera sensación de que los productores de Tecnópolis creían que podían chupar energía de la tierra). Jasper pudo notar que esta torre, por la forma en la que las luces estaban puestas, parecía el logo de Clarín (el tipito con la corneta). Espectacularmente contradictorio.

El resto de la Turba no aparecía. Intentamos llamar a un celular que parecía el de mi hermana. Resultó que era el numero de aquel celular, el cual mi abuela por error tiró frente a la estufa y mutó en una masilla completamente utilizable como objeto contundente.
Logramos encontrar otro número. Era el de Hermana.
La llamamos, y estaban en el puesto de ANSES.
Se habían ido a trámitar la jubilación.

Fuímos corriendo. Queríamos que la tramite haciendo cola como el resto de los mortales, ya que era el único lugar donde el concepto de hacer fila no existía.
Pero llegamos tarde. No solo la tramitaron, sinó que también les regalaron un test de alcoholemia (el cual usaremos en el próximo juego de la pirámide, para saber si uno está ebrio o no).
Habían salido, y parecían con mas años encima de los que entraron. Pensaba "Che! Ya la tramitaron ¿y ahora quieren saltarse la edad? que los parió!".

Nos queríamos ir, pero El Reverendo se perdió al ir a mirar los tanques... ehem! argentinos. Lo busqué y no lo encontré. Aunque encontré una Pepsi que sostenía uno de estos tanques. Se ve que no lo podían dejar en cambio, y si no lo paraban, indefectiblemente terminaría chocando con el mega-freezer que pasaba por simulación de la Antártida... cosa que no vendría nada mal, ya que le agregaría mas realismo todavía. En la Antártida siempre caen tanques que no los dejan en cambio.

Esperando lo que sería la cuarta venida del Reverendo, vimos a un señor pelado. Este bailaba extasíadamente al ritmo de Soda Estereo, con un termo en la mano.
-Mira mira mira mira mira mira!- le digo a Jasper, el cual me baja el brazo mientras lo señalaba. Pero creo que fuí el que se avivó mas tarde, ya que todos alrededor mío se reían del pobre calvo.
El pelonchas se acerca, y se pone al lado de Mandra. Le tiende la mano.
-Heeeey, ¡música de los ochenta! vos sabés de esto.-
-No se de lo que esta hablando.- Dijo Mandra, sin dirigirle la mirada.
Tenía que cortar el momento tenso, así que le tomé la mano yo y largué mi magia.
-Yo no soy de los ochenta... ¡soy de los sesenta! ¿Ray Charles?- El pelado me miró confundido.
-¿Louis Amstrong?- Volví a preguntar. Siguió confundido.
-¿Locomía?- El pelado levantó la vista, sonriendo. Me señaló con el dedo como si supiera de lo que estaba hablando y sacudiendo su termo con contenido misterioso. Luego se fué a hablar con unas promotoras, bailando, y desapareció de nuestra vista.

Era hora de irnos. Jasper, al ver el simulador antártico, nos invitó al que tenía en su casa. No había que hacer cola ni nada, solamente teníamos que esperar a que vaciara el freezer. Dada la avanzada hora de la noche, desistimos. Era tarde y teníamos que recuperar fuerzas en la Casita de la Locura, donde mua y mis hermanos convivimos a base de fiestas de café y pepas.

Conclusión acerca de esta travesía maravillosa:

Siéntanse libres de visitar Tecnópolis. Pero haganlo con paciencia, amor, cariño y en lo posible una carpa y muchos días libres. Y lo mas importante de todo... Nunca confíen en un conductor de autobús desnudo.

jueves, 28 de julio de 2011

Tecnópolis Parte II (que tranquilamente podría ser "Infierno industrial de poca monta")

Caminamos por las calles de Tecnópolis. La densidad poblacional en las afueras era de 30 personas por centímetro cúbico y la gente se apilaba una encima de otra, golpéandose por llegar a algún entretenimiento.
En algún momento, aparece Mandra de la nada. Nos encontró gracias al Ninja. Su altura y larga cabellera (lo cual me hizo recordar cuando yo tenía una y la vendí como Judías a Jebús) evidenció el lugar donde se encontraba la Turba de la Locura.
Comenzamos el recorrido yendo hacia un lugar inmenso, lleno de bibliotecas de 15 metros con libros. Muchos libros, uno al lado del otro. El sueño de un nerd.
Me acerqué para ver si podía manotear algún libro de Gorz, o algo técnico en su defecto. Tiré el manotazo al primero que encontré, y solo saqué un lomo de este. No había libro, solo lomos. Lomos, lomos y mas lomos.
Miré el lomo que tenía en la mano. Rezaba "Gente Tóxica", de Stamateas. La magia negra de la auto-ayuda quemó mi mano y me arrodillé agarrándomela. Las voces de la autoayuda me rodeaban con su tono de infomercial diciendo "Ánimos, tu puedes", "Agarra la bola hijo! Agarra la bola!", "Tu puedes ser exitoso!".
-¡Uy! ¡una rueda hecha de caños!- había girado la cabeza. Un tipo flaquito vestido de un entero de calzas (el cual denotaba el bulto y todo eso) estaba descansando al lado de lo que parecía un vehiculo poco convencional de tracción a sangre.
Me acerqué.
-Macho ¿como andás en esto?-
-Y, uno se pone adentro y gira.-
-¿Puedo andar?- Dije ilusionado y con mi típica cara de gato con botas.
-No. Igual es un prototipo. En el futuro va a funcionar a baterías de celular.-
Y entonces, dejando volar la imaginación, pensé en cómo un banco de baterías de celular podría hacerlo funcionar. Se ve que sus calzas apretadas hicieron efecto, porque lo único que me pude imaginar es que se pusiera el positivo en un lado del bulto y el negativo del otro, así dándole un incentivo al movimiento.

Seguí caminando por ahí con parte de la Turba. Vi que las bibliotecas formaban un círculo perfecto, dentro del cual había luces de boliche.
-¡Mirá! Esta es la librería del futuro. Vas a poder leer, bailar y ponerte en pedo al mismo tiempo.- le dije a... no me acuerdo. No se si era Mandra, o algún extraño que pasaba (lo cual es bastante común, porque soy ese que menciona hechos evidentes en voz alta a extraños).
Luego de la biblioteca del futuro, en la cual se me hacía agua la boca de que el patovica solo te deje pasar si contestas cosas como "Nombre algún libro que haya escrito Ítalo Calvino", vino el Círculo de Pitágoras.
El Círculo de Pitágoras, constaba de muchos pies de micrófono sosteniendo lo que parecían MP5 comprados en Mercado Libre a no mas de 150 pé. Cada MP5 mostraba el mismo video: La demostración del teorema de... adivinen de quién? Si! De Gauss! digo, Pitágoras!
Ni siquiera eran interactivos. Hijos de puta.
Resignado, levanté la vista. Entendía que era una feria de tecnología, pero no podía concebir que me metieran matemática de primaria en electrónicos chinos de mala calidad. Al levantarla, observé que esa empresa que comienza con A, y termina con ccenture, estaba en el stand de Software. Corrí y corrí. Mi trabajo me perseguía inclusive en los domingos, día del señor y la familia.

Con la Turba llegamos al parque de skate. El lugar parecía una fiesta de pelicula de ciencia ficción futurista, en plena luz del dia. Pero con skates y un (vano) intento de música punk. Hermana me plantéa la teoría de que pusieron una radio. Niño Toronja plantéa que solo era Break Dance barato. Yo creo que bajaron lo primero que encontraron en el Ares, y lo pusieron con el Windows Media Player (porque no deben conocer el Winamp) en modo "repetir".
Planta quería ir hacia los dinosaurios robóticos. Tuvimos que pasar por un concierto de un intento (aún mas vano que la música ya mencionada) de banda que, para hacerse mas alegóricos, los integrantes vestían pelucas afro. Espero que las hayan vestido ingenuamente, creyendo que iba a mejorar si aptitud musical.
Llegamos a los dinosaurios. Estaban cubiertos de una goma que simulaba su piel, y lanzaban gruñidos. Movían la cabeza como si tuviesen algún tipo de estupefaciente circulando por su sangre.
El Reverendo decía y repetía constantemente que las voces de los gruñidos era básicamente la voz grabada de un borracho a punto de vomitar. Debo decir que algunos pasaron al siguiente nivel: tenían la voz de un borracho en pleno acto del devuelve.
Mandra, mientras se contactaba con el Licenciado Jasper (o también llamado "Hombrecillo de la Luna" por El Reverendo), miró los androides y simplemente gritó "Los animatronics apestan!". Coincido plenamente con usted.

Habíamos pasado el bosque de animatronics con vida. De lejos vimos la Natuplaza, donde, según el guía, había gente que fumaba la hierba de la alegría. Éste nos contó en su momento que un niño, al percibir el extraño olor a marihuana cortada con bosta de caballo, fué a preguntarle al guardia si "Los señores de allá estaban fumando cigarrillos de mentirita".
En la Natuplaza se notaba un totem. Con El Reverendo y Hermana, desarrollamos una conjetura bastante seria acerca de este: si en la Natuplaza te portabas bien, abrazabas al totem. Y si te portabas mal (ya sea por pegarle a otro niño o tirar basura inorgánica, que está al mismo nivel delictivo) deberías sentarte frente al totem y pensar sobre lo que hiciste. Y luego lo abrazabas para hacer las pases.
Con razón había gente peléandose por abrazar al Totem.

Fin de la segunda parte.

En unos días llegará la tercera parte, la cual esta llena de aventuras al estilo "De cómo Hermana, el Ninja y Señorita Sandalia tramitaron la jubilación dentro de Tecnópolis" o "Mandra y Jasper contra los burócratas sindicales del CONICET".

lunes, 25 de julio de 2011

Tecnópolis Parte I (Que tranquilamente podría ser "Feria de niños de primaria (que pasaron hace rato los 18 años) con mucha guita encima")

De Fiutur is Nau, como diría mai frien Jasper.
Una hora de cola para conseguir el viaje gratis hacia la Tecnópolis. Mientras, con la turba fumada (aunque el único fumador era yo) armábamos los sanguchitos de mortadela. Alcanzaba para todo Tecnópolis. O eso creíamos.
Esperamos en el andén. La cantidad de gente esperando el Tren de la Alegría era tanta, que tenían que hacerse caballito unos a otros para que no se desbordara y algún desafortunado fuese pisado alegremente por la locomotora eléctrica.
Llegó el tren, y frente mío estaba el graffiti "SUBE! Vamos a Tecnópolis!". Esto me hizo acordar mucho a Rapture. Ya me imaginaba el megalómano hiper-capitalista esperándonos en una pesadilla tecnológica con demasiada gente loca intentando matarnos. Aunque... básicamente fué eso, pero sin el megalómano.
La parada era "Miguelete". No sonaba tecnológico, para nada. Vimos las filas de gentuza esperando el pan--digo, bondi que iba gratis hacia la tierra prometida. 5 cuadras de fila.

Decidimos caminar.

La travesía fué purificadora. Podía imaginarme peregrinando con un montón de gente hacia La Meca, e incluso inmolarme ahí mismo si llegaba a ser todo un fiasco.
Creíamos que Tecnópolis se encontraba en el Campo Policial de Recreación de Villa Martelli, con Obuses. Según experiencias del Reverendo, esos obuses son para detener cobanis borrachos que se pelean y llegaron al punto de pelar el fierro y cagarse a tiros. Estos serían alejados al grito de "Paren la puta madre! Hay pendejos! *BOOOOOM!!!*".
Nos acercamos. Vimos La Tecnópolis. Era inmensa. Los carteles de LED y las carpas se veían de lejos. La tecnología estaba solo a unos pasos. Miré hacia el piso para contarlos a partir de ese momento, pero me encontré pisando barro. Miré el camino. ¡Barro, barro y mas barro!
Después de cruzar ese pantano, chocando vendedores de pirulines y a un señor que espantaba gente haciendo voces extrañas con un muñeco, llegamos al lugar.

Caminamos, obnubilados. Carpas... carpas inmensas en todos lados.

Nos detuvo un pibe de veinticortos. Barbudo, pelo medianamente corto, y aspecto de sucio. Aunque su remera de "Persona que trabaja en Tecnópolis" le daba una cierta actitud.
-Hola chicos! Quieren un mapa?"-
-Dale!- Tomé el mapa y se acercó al grupo.
-Bueno, les cuento... Tecnópolis esta dividido en 5 continentes: Aire, agua, fuego, tierra e imaginación- Nos dijo, señalando mi mapa, que había abierto.
-No vayan a Imaginación porque es una poronga- Continuó. La frase fué determinante.
Todos nos miramos, preguntándonos por qué.
-Miren, lo único decente que hay, son los robots de dinosaurios...-
-SIIIII!- Gritó Planta de Mora. Su físico escueto y su sonrisa ámplia eran disfuncionales a la explosiva expresión.
-Aaaah alguno estudia paleontología?- Preguntó el guía.
-Yo estudio zoología- Dijo Planta señalándose -y ella Arqueología- Señaló a hermana.
-Mirá! donde?-
-En la Universidad de Aldolandia-
-Aaaah mirá vos! Yo estudio en la UBA-
-GOLFO!- dijo Planta.
-Que?- miró sorprendido el guía.
-Es una expresión de Aldolandia que indica cariño- dije, para alivianar el insulto.
El guía se quedó shockeado. Toronja le pegó un correctivo, y el estudiante de la UBA volvió en sí para comenzar a señalarnos lugares en el mapa.
-Bueno, veamos... este, este y este lugar, son una poronga- Prácticamente señaló la mitad del mapa.
Nos miramos desilusionados. La mitad del lugar "era una poronga" según el guía. Para la otra mitad había que hacer fila, para poder entrar en la fila.

Oh dios! ¿Que nos depararía la Tecnópolis atosigada de gentuza?

Fin de la parte I

(Caguensé putos, se las dejé en suspenso :D )

jueves, 21 de julio de 2011

Consejos universitarios

Como buen universitario, maldigo el no haber tenido un puto mentor (que en realidad lo tuve, y le pagaban) que me haya dicho cosas como las que nombraré ahora.

Proceso de todo universitario jovencito, inexperto y medio pelotudo:
-entras a la facu creyendo que te recibís en 5 o 6 años y salís directamente a laburar con un sueldazo de 5 lucas.
-llegás a segundo año, y te das cuenta que vas a necesitar 6 mas para recibirte.
-llegás a tercer año, y te das cuenta de que tus viejos quieren echarte de tu casa y necesitas un laburo.
-seguís en tercer año porque encontraste laburo y no tenes tiempo de estudiar. La guita te esta empezando a ganar.
-pasaron 8 años, seguís en tercer año, tuviste familia, y mandaste la facultad a la concha de la madre :D

Ahora usted se preguntará "Ratón, y ahora como carajos hago para evitar todo eso?"

Facil! Seguí estos simples pasos:
-En primer año, cursá todo lo que puedas. Si ves que no llegás a aprobar el primer parcial de alguna, DEJALA. Concentrate en las demás. Esa esta perdida como la pelota Wilson del Naufrago. Perdida en el mar.
-Si un profesor es una mierda enseñando, tenés dos opciones: te haces el revolucionario y juntas compañeros para ir a hablar al centro de estudiantes, o te la fumas, y mientras estudias DEL PROGRAMA. Eso es lo que toman en los finales.
-Si discernis en algo con el profe, no te hagas el pelotudo levantando la mano en el medio de la clase para discutirle. En general, los profesores que estan en lo incorrecto son unos ñoquis resentidos que se saben el programa de memoria. Si aún así este hecho hirió tu orgullo de manera suficiente como para discutirle, a menos que quieras cometer suicidio académico, agarralo después de clase y discutile. A lo sumo te caga a puteadas, pero no te ficha.
-A menos que seas una persona con el CI de Stephen Hawkins (y no estés paralítico), no te dediques a la política estudiantil. El tiempo en la política termina canibalizando el tiempo de estudio, por mas buenas intenciones que tengas. Igual, si aún así querés hacerlo y tenés dignidad suficiente como para no ser un ñoqui, te debería tender la mano. Ese tipo de gente hace que la facultad pública no se vuelva privada.
-Finalmente, comenzá a laburar en cuarto o quinto año. Los dos últimos años de facultad son tan en joda, que lo único que le falta es el viaje de egresados a bariloche.

Este post se lo dedico a Jess, que necesitaba caer en la realidad universitaria.

Pasenla lindo, pichones de nerds!

martes, 12 de julio de 2011

Bonos de la alegría

Tema ya tratado en Los Locos del Sótano, un lunes después de la mitad del lavado de cerebro. Escuchen la radio, está los lunes de 21 a 23. Una programa copado como sus locutores mismos.

Estaba en primer año de facultá'. Necesitaba guita, como todo universitario que se vuelve mayor a la fuerza, soportando los arañazos y las pataditas del niño interior.. Como caído del cielo, encuentro un folleto que reza: "Arme su propia beca! Cobre hasta $4400!!!".
Interesante.
Me llevé el folleto pegado. Entero. Mi desesperación le ganó a todo posible razonamiento de que había gente en el mismo estado económico que yo.
Llamé a un amigo para preguntarle si quería venir a hacerse rico. Confiado, aceptó,

Llegamos a la oficina. La secretaria nos dijo que esperemos porque había gente en la sala de conferencias. Con mi amigo nos miramos con cara de sorprendidos, como diciendo "Ah, esto va en serio!"
La sala de conferencias se liberó. y entramos nomás. Y era una sala de conferencias de verdad, no nos mentían: tenía su mesa oval, su pizarron blanco para fibrones, su intercomunicador... hasta que nos giramos a los que nos tenían que atender.
Eran tres tipos, que parecían sacados de la unidad 9 de Olmos (Presos Peligrosos), a los cuales les pusieron un traje a la fuerza y les dijeron "Tomá, vendé esto!"

El mas grandote, con una porra de rulos en su cabeza y de cara parecida a Pablo Lescano, comenzó a hablar:
-¡Buenas chicos! ¿Vienen por lo de las becas no?-
-Sep- dije.
-Bueno, el sistema esta piola. Vengan que les explico-
Tomó un fibrón y dibujó un circulo.
-Vos, bah... ustedes, son este que esta acá ¿vieron?-
Tenía miedo de que dibujase otros tres circulos alrededor, los cuales fueran ellos. Por suerte comenzó a dibujar flechitas hacia abajo, luego mas circulos, luego mas flechitas y así.
-Bueno, ustedes le venden estos bonos- nos mostró un talonario y señaló los circulos de abajo -a esta gente. Esa gente, después gana "el derecho" a vender mas de estos bonos. Ahora, por cada persona a la que se los vendan ustedes, sacan 3 mangos. Y por cada persona que venda de sus bonos, esos que ustedes les vendieron, sacan 1,50 guita. Esta copado ¿no?-
Miré a mi amigo. Era bastante inocente... me respondió con una sonrisa que mostraba su credulidad para con este sistema.
Giré hacia el... ejem! vendedor.
-¿Y que son estos bonos?-
-Son como rifas, las tenes que vender y ganas plata. Pero no se rifa nada.-
Volví a mirar a mi amigo. Seguía con la misma sonrisa.
-Mirá, lo voy a pensar y después vemos.-

No volví nunca más.

Luego de contarle al Reverendo (un amigo), llegamos a la conclusión de que en realidad si se vendía algo. Se vendían conceptos abstractos. Se vendía... felicidad.

miércoles, 6 de julio de 2011

Inducción (o como intentar lavarte el cerebro en dos días de seminarios)

Ahhhh... esa empresa que comienza con A y termina en ccenture. Comencé a laburar ahí. Me llamaron para ir a las oficinas de la capital, a presenciar la "inducción".

Ahora... ¿que carajos es la inducción?
Pues bien, es un lavado de cerebro basado en charlas, comida, café y firmar cosas. 8 horas de esto, ámbos días.

Primer día


No sabíamos si llegamos temprano o ellos tardaban. Pero estuvimos sentados al pedo hasta casi las 10 de la mañana.
Una señorita de recursos humanos muy bonita (esto es casi como una regla en este sector de la empresa) nos da la bienvenida a este seminario. Luego comienza a hablar sobre los "Accenturianos" y demáses yerbas que dan indicios de que la empresa sería algo así como un clan, o una tribu.
Después de una prolongada bienvenida de media hora, empezó con los "valores de la empresa". Básicamente y leyendo entre lineas, se basaban en "criar" a los ingresantes inculcándoles estos valores, y denunciar cosas de moral dudosa (como la formación de un sindicato). De hecho, existe una palabra llamada "Stewardship" que le da el nombre a uno de estos valores. Esta palabra hace un honor (CHUPAMEEEDIAAAAS!!!) al fundador de la empresa.
Dos o tres horas de esto. En realidad no pude medir el tiempo de tanta información inútil que se adentraba en mi cerebro.
Luego de que esto terminó, vino un momento muy feliz: Trajeron medialunas!
Aproveché a comer todo lo que pude (creo que un poco mas de media docena) y tomé un par mas para soportar lo que venía: una charla sobre ayuda solidaria (pero burguesa) y acción ecológica (pffff! Abrazadores de árboles...).
En la primera, las ayudas solidarias constaban en ir a barrios carenciados a hacer asistencialismo explícito. Básicamente, les contaban cuentos (pero no les enseñaban a leer), jugaban con los niños (pero llevaban una wii para hacer esto), o servían comida (nada contra esto, pero podrían ayudar a cocinarla también). Sin embargo, encontré interesante el hecho de que iban a jugar con niños con cancer terminal (hasta que dijeron que ahí también llevaban la wii).
En la segunda, el abraza-árboles nos contaba que había que imprimir en doble faz y reciclar el papel para evitar la deforestación y la huella de carbono. Creo que nadie le explicó que estas dos cosas no se erradican con estas nimieidades, sinó que se evita haciendo que esas empresas que deforestan vuelvan a plantar arboles (cosa que este abraza-árboles hace, pero en los lugares incorrectos como Villa 31 (como leíste)), y las empresas contaminantes reduzcan emisiones.
Algo que noté del abraza-árboles, es que es parecido a Michael de "The Office" pero sin lo gracioso. Pueden apreciarlo en esta, o esta escena (la última en inglish).
Era la hora de la comida, y trajeron suficiente para un regimiento.
Agarré todo lo que pude. Creo que comí media docena de empanadas y 10 sanguchitos de miga. Las personas serias de traje, que parecían decentes y todo eso para quedar bien con el jefe, me miraron indignadas. Tendría que haberme limitado a hacerles fuck you y seguir comiendo, pero mis manos estaban ocupadas.
Aún así sobró comida, que va a cumplir un rol muy importante en el futuro.

Era la hora de los bancos. Les dieron 20 minutos a cada uno.
Primero vino el Citibank, equipado con tres tiburones bancarios que tenían un discurso digno de Perón en su primer presidencia. 1 minuto presentandose, y 19 hablando de beneficios.
Luego vino el Banco Francés, que eran dos tipos con casettes, que en realidad decían los mismos beneficios que el anterior, pero en modo robot.
Y por último vino el banco Galicia. Era un solo tipo, de aspecto simple (como este, pero con 10 años mas) y con muchos tapados encima. Se los empezó a sacar diciendo "Bueno chicos, si Accenture me permite, voy a darles un show de desnudismo!".
Creo que me reí yo solo.
Después de la charla relajada de el del último banco, vino la charla de seguridad. Era un pibe de veinticortos años que hacia chistes malos y enseñaba a usar un matafuegos de manera que el polvo del mismo no se te dispare en la jeta. Nada del otro mundo, pero es necesario para ratas de oficina que no saben manejarse ni el propio aparato reproductor.
Y por último vino una señorita de busto pronunciado, el cual se llevó toda la atención del público. Aún así, pude seguir una charla que se basaba solamente en siglas en ingles. Eso me dejó tan resentido, que al salir tomé unas servilletas, y sin que nadie se diera cuenta envolví en ellas los sanguches de miga restantes para ir a mis bolsillos (mientras con la otra mano comía de a dos).

Segundo día


Llegué tarde y despeinado, pero es Capital Federal y a nadie le importa.
Era hora de elegir el banco, y aunque el de el banco Galicia me cayó bien, elegí el primero. Simplemente porque en la tarjetita de débito se podía poner una foto mía.
Lo se, soy un vendido asqueroso.
Era mediodía. La comida no aparecía y comencé a desesperarme.
Las entidades bancarias se fueron, y la señorita de RRHH que dirigía el lavado de cerebro nos dijo que nos tomaramos el palo una hora y nos compraramos nuestra propia comida... todo con un simple "Chicos, ya pueden ir a comer. Tienen una hora."
Putos, putos y mas putos. Resentido, usé mi recién adquirida "tarjeta oficial de empresa malévola (con fotito) TM" y fuí a la sala de estar. Encontré la maquina de café gratuito, y me hice capuccinos (cinco en total) hasta dejarla fuera de servicio. Tomé unos cuantos sobres de azucar, y salí riéndo pícaramente.

Terminó el lavado de cerebro. Luego de estos dos días, decidí que toda sigla en ingles que aprenda, la traduciré a un español bien gaucho.

Bonus track: Primer día de trabajo real


Caí a las 9 en punto. Me recibió un pibe que lo notaba conocido... y luego caí que era uno de esos fanáticos del momento, de la agrupación de estudiantes mercenaria que domina la facultad a la que voy. Empezó con el pié izquierdo.
Me mostraron cómo era el trabajo. Esto pisoteó mi espíritu y destrozó mis sueños. En tiempo, constaba de esto:
-5 minutos (como mucho) en arreglar un problema.
-3 horas en hacer papeléo electrónico, hablar con hindúes y finalmente avisar a Capital Federal sobre la modificación.
Y yo que quería programar. Hijos de puta, mataron mis ilusiones (y a Kenny).
Luego vino el seminario (o KT, como le dicen ahí). Constaba de un hindú, que decía que hablaba en ingles, pero pronunciaba en araméo. El pobre quedó hablando solo en altavoz, frente a 3 personas que se miraban confundidas y sin poder cazar un fulbo.

Seguía resentido y usé el mismo método de protesta que en el lavado de cerebro: dejé K.O. a la máquina de café después de 5 capuccinos (se ve que es un número fijo).
También puse cara de gato con botas y dije que no tenía guita para comer al mediodía. Así me gané pizza gratis.
La lástima es una herramienta muy interesante cuando ya no necesitas la dignidad.

EDIT

Me olvidaba: todos mis compañeros, excepto mi jefa (LAMECULOOOOOS!!!) son unos pelotudos hasta demostrar lo contrario.